jueves, febrero 16, 2006

Bautismo "en el nombre de Jesús ".

Introducción:

A lo largo de la historia se han suscitado en varias oportunidades una serie de controversias sobre el sentido de la expresión del bautismo "en nombre de Jesús", y éstas han ocupado varias páginas en los comentarios bíblicos sobre la forma del bautismo en la iglesia primitiva.

No tienen estas breves apostillas la intención de ser dogmáticas, ni agotar el tema. Justamente porque no es éste un problema de nueva data, y desde hace mucho se ha discutido sobre ello, es que hay una imposibilidad material de abarcar todas la ideas e interpretaciones al respecto.

Sólo hemos intentado resumir brevemente las ideas principales que intentan explicar esta aparente contradicción entre el mandato que el Señor da en Mateo 28:19 con la del texto que encontramos en Hechos 2:38 y que algunos grupos utilizan no ya como forma litúrgica sino como apoyo a interpretaciones heterodoxas opuestas a la formulación de la mayoría de las iglesias trinitarias, que es : "en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo ".

Lo que dice el texto bíblico.

En primera instancia acerquémonos al texto bíblico y veamos algunos ejemplos:

El Señor en Mateo 28:19
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; .."

Pedro en Hechos 2:38.
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo."

En Hechos 8:16 encontramos a los samaritanos convertidos bajo el ministerio de Felipe:
"porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús."

Pedro y los gentiles en casa de Cornelio; Hechos 10:48
"Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días."

Aún los discípulos que Pablo encuentra en Efeso. Hechos 19:5
" Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. "


Testimonios de la Iglesia primitiva.

En segundo lugar veamos los testimonios que nos llegan de la iglesia primitiva de los primeros siglos, sobre la forma en que realizaban los bautismos.

Contra la afirmación de que el bautismo se administraba en el Nombre de Jesús hasta el siglo II, citamos el testimonio de la Didakhé , que suele aceptarse como originaria del primer siglo y que contiene una serie de recomendaciones, e instruye decididamente el bautismo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

"En lo que se refiere al bautismo, tenéis que bautizar así: Habiendo dicho todas estas cosas, bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y el Espíritu Santo, en agua viva. Si no tienes agua viva, bautiza con otra agua. Si no puedes con agua fría, hazlo con caliente. Si no tienes ni una ni otra, derrama agua sobre la cabeza tres veces, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.."

Justino (100-165) en su obra Apología propone:

" A cuantos se convencen y aceptan por la fe que es verdad lo que nosotros enseñamos y decimos y prometen ser capaces de vivir según ello..los llevamos a un lugar donde haya agua y se someten al baño por el agua en el nombre del Padre de todas las cosas y Señor Dios, y en el de nuestro Salvador Jesucristo y en el del Espíritu Santo."



También lo afirma claramente Tertuliano (160-220) que dirá en su escrito De Baptismo:

" (hablando del bautismo)..la fe impetra en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Porque si cualquier declaración queda establecida con tres testigos, mucho más lo será el don de Dios. Respecto a esta bendición tenemos como jueces de la fe los mismos que nos han prometido la salvación, y el número de estos nombres divinos es suficiente para que en nuestra esperanza estemos confiados."

Bastaría citar a Atanasio (296-373) en "Contra Arriano", cuando habla del bautismo:

" Los arrianos confieren el bautismo en el nombre del Padre y del Hijo; pero ellos no expresan al verdadero Padre, ya que niegan al que procede de él y es semejante a él en sustancia; y niegan también al verdadero Hijo, pues mencionan a otro creado de la nada, que ellos se han inventado .El rito que ellos administran ha de ser totalmente vacío y estéril, y aunque mantenga la apariencia es en realidad inútil. Porque ellos no bautizan realmente en el Padre y en el Hijo, sino en el Creador y en la criatura, en el Hacedor y en su obra. Pero siendo la criatura otra cosa distinta del Hijo, el bautismo que ellos pretender administrar es distinto del bautismo verdadero, por más que profesen nombrar al Padre y al Hijo de acuerdo con la Escritura. No basta para administrar el bautismo decir: "Oh,Señor! , sino que hay que tener al mismo tiempo la recta fe. Y esta fue la razón por la que nuestro Salvador no mandó simplemente a bautizar, sino que dijo primero:"Enseñad" y sólo luego:"Bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo..."

A su vez, Ambrosio (339-397) señalaba, que el Nombre estaba implicando igualmente a toda la Trinidad.

Aclarando las aparentes contradicciones.

Las dificultades para dar una explicación satisfactoria a esta aparente contradictoria forma "en el nombre de Jesús" solamente, son frecuentes; por ello debemos avenirnos a los datos que podemos extraer del Nuevo Testamento que dan evidencias concretas y aclaran algunos aspectos.

Es interesante de observar que de la información hallada en el texto bíblico algunos autores como David Stanley aventuran la hipótesis que son las palabras pronunciadas por el bautizado la clave y no se debe buscar a ésta en la expresión del servidor que bautiza.
Su razonamiento lo lleva a considerar no la utilización del Nombre de Jesús como fórmula por el que administra el bautismo, sino como invocación del bautizado.
Para ello recurre a las palabras de Ananías, cuando se dirige a Saulo todavía ciego luego de su conversión, en Hechos 22:16.

“Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre."

Para ilustrarnos sobre el particular veamos lo que F.F. Bruce afirma:

“El bautismo es el signo externo y visible del arrepentimiento y la fe. En la era apostólica el signo externo estaba en general tan inmediatamente asociado con la gracia interior y espiritual que se podía hablar de ambos como partes componentes de una única experiencia, o por una especie de metonimia, lo que era estrictamente cierto de una podía predicarse de la otra.”

En Hechos 22:16, Bruce observa:

“Pablo, siendo un hombre inteligente, sabría que la aplicación externa de agua a su cuerpo no podría, en sí misma, quitar sus pecados; entendería que su bautismo en agua era la señal externa y visible de su purificación del pecado, interior y espiritual , por la gracia de Dios, una purificación que hizo propia por la fe.”

Según esta hipótesis de Stanley en esta instrucción que Ananías da a Saulo, se ve claramente que quien hacía la invocación del Nombre de Jesús era el neófito, pero que el bautismo se hacía en "nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" de acuerdo al mandato del Señor Jesús en Mateo 28:19.



Sobre Hechos 2:38.

Comúnmente la opinión que sobre este pasaje tienen los expertos en el Texto Sagrado es que la traducción de dicho pasaje se malogra con la expresión de las preposiciones griegas epi y eis por "en" y "para".

Si en su lugar colocáramos otra traducción posible las cuales son: "sobre" y "a" o " hacia " la comprensión del texto cobraría mayor sentido y claridad.
Estas últimas traducciones son aceptadas por muchos eruditos de prestigio que la consideran sensiblemente superior.

Otra interesante, aunque diferente idea sobre este pasaje la da el Dr.James W.Dale que en : " Christic and Patristic Baptism " entiende que este versículo se refiere fundamentalmente al igual que el vers.41 al bautismo interior del Espíritu Santo.

Pero volviendo al carácter esencial de lo dicho por Pedro en esta ocasión, no debemos ignorar el fundamento mismo del acto al que exhorta a sus creyentes, que es Jesucristo.
Del mismo contexto, podemos entender que la experiencia de tipo personal a las que los está invitando, tiene como primera etapa el "creer" en Jesús como salvador personal, de allí el venir con arrepentimiento al que los llama Pedro. El acto de "creer en el nombre" como sostienen con idéntico sentido Juan 3:18, o 1 Juan 3:23, es individual e íntimo pero con una manifestación simbólica que expresa entrega al Señor Jesús, revelado como tal.

Finalmente una explicación posible que nos da F.Lacueva sobre esta expresión, es la siguiente :

“Debemos tener en cuenta que, sólo injertados en Cristo, es como pasamos a formar parte de la familia divina (Rom.6:3 ss)."

Es justo también mencionar las observaciones existentes sobre que Pedro en Hechos 2:38 no estaba en el acto mismo del bautismo, sino que estas palabras están recogidas de su discurso ante la multitud. Según este pensamiento no podemos deducir las palabras que se usaban al momento del bautismo, al menos de este texto o de sus similares en el mismo libro de los Hechos.

En el Nombre de Jesús.

¿Qué se entendía en la iglesia primitiva por la expresión " el Nombre de Jesús " ?


De acuerdo al libro de los Hechos (Hch 4:17-8; 5:28) esta relación que se establecía entre Jesús y el término "Nombre" era fuertemente preocupante para las autoridades judías que prohiben y amenazan a los discípulos para que no sigan enseñando de esa forma; no era casual su preocupación, ellos mejor que otros comprendían claramente esta relación.

En primera instancia la expresión: "en el Nombre de Jesús" estaba indicando que la persona que se estaba bautizando se veía a si misma como fiel representante del Jesús exaltado y que entendía su bautismo como un acto de entrega al Salvador.

Esta situación es también reflejada en la epístola que Pablo le dirige a los Corintios en los momentos que ciertos partidismos amenazaban a la congregación.1 Cor. 1:13.

"¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? "

Esta formulación es probablemente en el mismo sentido que la contabilidad de esa época en donde significaba "a cuenta de".El bautismo se consideraba como un contrato de transferencia, un acto por el cual el que se bautizaba se entregaba para constituirse en propiedad o discípulo de aquel que se nombraba.

La invocación del Nombre de Jesús que hacía la persona que estaba por pasar por las aguas del bautismo era la exteriorización verbal de su voluntad de convertirse en un seguidor fiel de Cristo, una declaración que evidenciaba su fe en el valor redentor del perfecto y único sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario.

Por ello Pablo en 1 Cor.1:13 pregunta irónicamente " a quien invocasteis" en el momento del bautismo, recordándoles que son todos ellos seguidores de Cristo, salvados por un único Redentor y cubiertos por la misma Sangre y que por lo tanto no hay lugar para divisiones ni contiendas, pues había muchas personas que actuaban como si fueran discípulos bautizados en el nombre de Apolos, Pablo o Cefas.

La invocación se aclara en el contexto de Romanos 10:12-13.

" Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo."

Aún podríamos relacionar en este contexto del libro de los Hechos al capítulo 2 de Joel , en especial el vers.32.

"2:32 Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado. "


En Filipenses 2:9-11 encontramos un himno que cantaba en la iglesia por aquellos tiempos:

“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."

Refiriéndose no sólo al santo nombre de Jesús, sino al nuevo nombre de Kyrios , que se da al Cristo exaltado a la diestra del Dios Padre. Observar Hebreos 1:3-4.

" el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos."

El Iesous Kyrios era un credo en sí mismo, una aclamación popular que resumía la fe en la divinidad de Cristo. Cuando encontramos en el libro de los Hechos esta expresión, vemos la centralidad de esta verdad formulada pública y popularmente.
Varios ejemplos encontramos en Hechos 2:21, 3:6, 4:12, etc.

Refrendado esto por Pablo en Romanos 10:8-10.

“Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación."

Hasta aquí podríamos inferir una línea posible y lógica de desarrollo que nos diría que la referencia al Nombre de Jesús, la hacía el candidato acompañando el acto de fe que iba a ser realizado.

Es interesante de observar siguiendo esta idea, que nos encontramos con que el bautismo era administrado a adultos concientes y confesantes, que daban testimonio externo de una realidad interna.
Sin embargo, si divergimos por la vertiente del bautismo a infantes, veremos que el papel del administrador de la ordenanza cobra especial interés y su declaración queda como dominante en el acto del bautismo.
Pero sin entrar en esta materia y volviendo al texto de Hechos 2:38 y otros similares, vemos que la referencia necesariamente tiene que ser a adultos, en razón que los insta a un acto volitivo propio e intransferible.

Pero nada de esto invalida que desde el comienzo la administración del bautismo se hiciera bajo la formula trinitaria como nos atestigua la Didakhé.

La autoridad del Nombre.

Aunque sin mayores fundamentos, Tomás de Aquino en Summa Teológica pensaba que en los primeros tiempos de la Iglesia primitiva el bautismo se administraba en esta forma, ya por una revelación especial o dispensa con el fin de aumentar la devoción al Santo Nombre.

Es menester aclarar que en el contexto hebreo "Nombre " está implicando autoridad y posición jurídica. Por lo tanto en el pensamiento semítico la referencia al Nombre no es menor, pues está expresando autoridad.

Algunos historiadores refieren:


"En el Antiguo Testamento, el nombre ("shem") era una circunlocución para referirse al mismo Dios (Dt 12, 11 y 21; 14, 23 ss; 16, 2 y 11; 26, 2; Ne 1, 9; Sal 74, 7; Is 18, 7; Je 3, 17; 7, 10-14 y 30). En Filón, el "Nombre" es una de las denominaciones del "logos" (De Conf. Ling. 146). Finalmente, en el judaísmo aparecía - y el uso se ha perpetuado hasta el día de hoy - como una circunlocución de Yahveh, palabra que se omitía por respeto. Venía a ser así un equivalente de "kyrios" o "mar" con las connotaciones de divinidad que ya hemos visto al estudiar ese título."


Vemos en Juan 17:11 un fiel reflejo de la figura del Antiguo Testamento, donde destaca el nombre de Dios como una torre fuerte (Prov.18:10) que da seguridad.


1 Corintios 6:11 habla de los cristianos justificados "en el nombre", y está significando que el nombre es representativo de la naturaleza inmutable de Jesús, síntesis perfecta de lo que es y de lo que ha hecho, y por lo tanto posesión segura y garantida de todas las bendiciones, misericordias y gracias que el mismo encierra.

Encontramos también al apóstol Pablo hacer una exhortación muy clara en Colosenses 3:17, donde establece que todo en la vida del cristiano se debe enmarcar en la dependencia de la autoridad de Jesucristo.

Hechos 2:38 se refiere a que la persona sea bautizada "bajo la autoridad que hay en el nombre de Jesucristo”. Pedro enfatiza aquí de donde proviene la autoridad de este bautismo, que la persona debía bautizarse con la autoridad que posee Su Nombre (el de Jesús) y ergo, la autoridad era dada por Jesús.

Esto mismo afirma el Diccionario Expositivo Vine, tomando como ejemplo Hech.8;16 al referir que el vocablo "nombre" puede ser aplicado en reconocimiento a la autoridad de Cristo.

El texto aquí está tocando el tema de la autoridad de Cristo (versículo 18). Parece claro que, por el contexto, lo que se expresa es que debemos ir, enseñar, y bautizar con la autoridad dada por la Trinidad; de allí "en el nombre". Hay otros textos (2 Cor.5:20 o Ef.6:20) que avalan esta posición y que identifican al cristiano como embajador, es decir alguien que actúa "en el nombre de".


Hechos 4:7-10. Nos da la exacta perspectiva de esto. En el versículo siete preguntan a los apóstoles: “¿Con qué potestad o en qué nombre?”
Vemos a partir de ello la relevancia del nombre como autoridad. Y Pedro responde declarando que por nombre o autoridad de Jesucristo el hombre fue sanado.

Otros ejemplos similares los encontramos en Lucas 10:17, cuando retornan los setenta diciendo:
“Señor aún los demonios se nos sujetan en tu nombre."

Asi mismo en la curación del cojo en Hechos 3:6:
“Pero Pedro le dijo: No tengo ni plata ni oro, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!”
Aquí vemos a Pedro declarando la autoridad de Cristo.


En Hechos 16:18 encontramos lo mismo en cuanto a la expulsión de un demonio :
“ Y esto lo hacía por muchos días; más desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora”. Pablo dio la orden en la autoridad de Jesús.

Todos estos textos (y otros) declaran la autoridad de Jesús. Por lo tanto no es extraño asimilar que cuando Pedro habla del bautismo en el nombre de Jesús, está significando la autoridad de Jesús relativa a Mateo 28:19-20.



Volvemos a Justino quién vivió a comienzos del siglo II , en su obra ya citada de Apología , donde dice, en referencia a esto:

"..estando él en el agua (el candidato) se invoca el nombre del Padre de todas las cosas y Señor Dios, el único nombre que invoca el que conduce a este lavatorio al que ha de ser bautizado..Este baño se llama iluminación, para dar a entender que son iluminados los que aprenden estas cosas.Y el que es así iluminado, se lava también en el nombre de Jesucristo, el que fue crucificado bajo Poncio Pilato, y en el nombre del Espíritu Santo, que nos anunció previamente por los profetas todo lo que se refiere a Jesús."

Ha habido reparos a esto , como por ejemplo en la obra " Der Chatechismus der Urchristenheit "
A Seeberg, dirá que dado que la recepción del Espíritu acontecía luego del bautismo no habría sido posible una confesión del Espíritu previa al bautismo.

La refutación a esta idea tiene varias vertientes (no entraremos en detalle sobre ella y la daremos por aceptable sólo precariamente): la primera de ellas tiene que ver con que Mateo 28:19 es un sumario de las últimas enseñanzas que nos deja Jesús y que Mateo incluye en una relación con el bautismo y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

En segundo lugar, si la persona esperaba a posteriori del bautismo la inmediata recepción del Espíritu, es de suponer que en el acto hubiera referencia al Espíritu.

También vemos como testimonio irrefutable que la fórmula triádica tiene sus raíces en las palabras de Jesús, de acuerdo a Mateo (y también a su manera en Lucas) en la clara instrucción que deja a sus discípulos.

Por ello se suele entender que el bautismo en el nombre de Jesús refiere a la autoridad de Jesús. Y como es bien claro lo que Jesús mandó fue : en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19).

Continuando con las afirmaciones de Reinhold Seeberg podríamos añadir que encontramos en la formulación bautismal trinitaria la base del Credo Apostólico, el más antiguo y breve, aunque sea imposible reconstruir todos los detalles y exactitud de la forma original.
Conclusión.

Indudablemente vemos que la glorificación de Jesús en la iglesia primitiva y el reconocimiento de su autoridad en la cual se actuaba, (como es el caso que nos ocupa en los bautismos que se llevaban a cabo en ese tiempo), tenían un lugar central.

Por todo ello se requería del candidato una profesión de fe en la divinidad del Señor Jesús , en el caso de la invocación , y de allí la expresión : " bautismo en el Nombre de Jesús ". Al mismo tiempo la misma expresión está denotando la autoridad del Señor Jesus , pero esto no reemplazaba , ni anulaba la práctica de la forma trinitaria pronunciada por el servidor al momento del bautismo que era: " En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo." conforme a lo indicado por el Señor en Mateo 28:19.

La distinción (sin perjuicio de lo anteriormente comentado) entre los textos citados, fundamentalmente Mateo 28:19 y Hechos 2:38 , quizá pueda establecerse que en el primero de ellos encontramos recalcada la naturaleza misma de la Divinidad, un Dios Trino con su bendición y propósito hacia el creyente, mientras que la segunda escritura, nos da en su contexto el destacar que esos bienes sólo son asequibles por medio de Jesucristo, nuestro Salvador y Eterno Dios.


Bibliografía:

"Santa Biblia Antigua Versión Reina-Valera". Sociedades Bíblicas. Rev.1960
" Vine's" Complete Expository Dictionary. Vine, Unger, White.Ed T.Nelson. 1985
"Nuevo Diccionario Bíblico". J.D.Douglas ,N.Hillyer. Ed.Certeza.1991
"Teología Sistemática."(T.1) Lewis Chafer.Publicaciones Españolas.
"Manual de Historia de las Doctrinas (T1)".Reinhold Seeberg. Ed.Casa Bautista Public.
"Comentario Bíblico de Matthew Henry" Trad.F.Lacueva.Clie1999.
"Los Padres de la Iglesia." J. Vives.Ed.Herder.1982
"Historia de la Iglesia Primitiva (s.1-787)" .Harry Boer.Ed.UNILIT.2001
"La Iglesia Apostólica en el Nuevo Testamento ".David M.Stanley, Ed.Sal T.1968

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