miércoles, marzo 29, 2006

Pietro Martire Vermigli.

Entre los más conocidos reformadores italianos del 1500, emerge la figura singular de Pietro Vermigli. Su conversión tuvo gran repercusión en su tiempo debido a que, se trataba de un teólogo católico romano, que abrazaba las doctrinas cristianas expuestas por la Reforma.

Considerado por sus contemporáneos, como uno de los más grandes teólogos reformados, casi al mismo nivel que Juan Calvino, actuará activamente en Estrasburgo,
Zurich y Oxford, siendo reconocido unánimemente como un hombre de gran sapiencia y de profundas convicciones espirituales.

Había nacido en Florencia en 1499 y a edad temprana ingresa a la Congregación de Canónigos de San Agustín, donde comenzará su carrera como profesor de filosofía y teología que lo llevará a la ciudad de Nápoles .Allí conocerá a Juan Valdés, figura señera y de gran influencia en los círculos intelectuales napolitanos. Serán tres años los que pasará en la ciudad, pero serían decisivos en su vida.

Por 1540 y a instancias de su amistad con Valdés, ya ha leído los escritos de Lutero,Bucero y Zuinglio, los que lo llevarán a reconocer que la justificación es solo por la fe en Jesuscristo, así como la suficiencia de la Biblia en materia de fe.
Hombre consecuente con sus ideas, de gran reputación en su entorno; comenzó a predicar conforme a la luz que había recibido y en la ciudad de Lucca donde había sido transferido como prior de San Frediano, desarrolla una extensa labor como maestro preparando a varios futuros predicadores evangélicos, como Girolamo Zanchi por ejemplo. Pero no se limita a una labor de claustro, sino que también llegará con su prédica y enseñanza a todos los estamentos del pueblo; entre las familias que conocerán a Cristo a través de su labor y conducta de vida, se cuenta a los Diodati, familia del célebre traductor y teólogo italiano Giovanni Diodati.

En 1542 los contenidos de sus sermones, enseñanzas y actividades se hacen altamente sospechosos para las autoridades romanas que finalmente, lo mandan a llamar al Capítulo General de la Congregación en Génova.
Pero conocedor de los procedimientos de las jerarquías eclesiásticas con los disidentes, Vermigli decide huir a Estrasburgo.

Durante un lustro enseñará las Sagradas Escrituras allí y luego pasará, por invitación de Thomas Cranmer a Oxford por otros cinco años; donde su erudición y habilidad oratoria no pasarán desapercibidas, colaborando ampliamente con el desarrollo de la teología reformada .De Inglaterra se ve impelido a huir nuevamente con el advenimiento al poder de María Tudor , María I de Inglaterra.

Terminaría su carrera junto con su vida en la ciudad de Zurich donde había recalado, para continuar dando clases en la Academia de la ciudad; una vez más se dedicará a formar jóvenes predicadores y teólogos que serán los herederos de su magna labor en la proclamación del Evangelio.

No obstante su trabajo académico, dedicará esfuerzos también a pastorear las comunidades italianas e inglesas de la ciudad, así como a estrechar lazos con Calvino y otros reformadores suizos, ingleses, italianos y alemanes.

Pietro Martire Vermigli fue un maestro de alma, que dejó a su paso por las diferentes ciudades de Europa, contribuciones fundamentales para los basamentos de la Reforma, que no se restringió al ámbito universitario y de la alta teología, sino que se esforzó por llegar a todos los estratos sociales con la verdad de Cristo.

Murió en 1562 , reconocido como un erudito piadoso, que había dedicado su vida por la causa de Cristo. Nosotros nos quedamos con lo expresado en una de sus cartas a Juan Calvino:

“La Iglesia no podrá ser sanada a través de las riquezas, actos sacros, selección de alimentos, ritos o ceremonias; sino sólo con la medicina de la Palabra de Dios.”

Daniel Pisoni.

lunes, marzo 27, 2006

APUNTES DE ANATOMÍA.

Que los PIES te lleven por el camino mas largo hacia la felicidad, porque la felicidad son solo puntos en el mapa de la vida, y el verdadero disfrute está en buscarlos.

Que los OJOS reconozcan la diferencia entre un colibrí y el vuelo que lo sostiene. Aunque se detenga seguirá siendo un colibrí, y es conveniente que sepas, para que no confundas el sol con la luz, ni el cielo con la voz que lo nombra.

Que las MANOS se tiendan generosas en el dar y agradecidas en el recibir, y que su gesto mas frecuente sea la caricia para reconfortar a los que te rodean.

Que el OIDO sea tan fiel a la hora del reproche, como debe serlo a la horadel halago, para que puedas mantener el equilibrio en cualquiercircunstancia.

Que las RODILLAS te sostengan con firmeza a la altura de tus sueños y se aflojen mansamente cuando llegue el tiempo de descanso.

Que la ESPALDA sea tu mejor soporte y no la carga mas pesada.

Que la BOCA refleje la sonrisa que hay adentro, para que sea una ventana del alma y no la vidriera de los dientes.

Que los DIENTES te sirvan para aprovechar mejor el alimento, y no para conseguir la tajada mas grande en desmedro de los otros.

Que la LENGUA encuentre las palabras mas exactas para expresarte sin que te mal interpreten.

Que las UÑAS crezcan lo suficiente para protegerte, sin lastimar a nadie.

Que la PIEL te sirva de puente y no de valla.

Que el PELO le de abrigo a tus ideas, que siempre adornan mas que un buen peinado.

Que los BRAZOS sean la cuna de los abrazos y no camisa de fuerza para nadie.

Que el CORAZON toque su música con amor, para que tu vida sea un paso hacia delante.


Cortesia del Rincon de Chucho ....
Jesus Rudas Simmonds.

sábado, marzo 25, 2006

Mi hermano Abdul

Sólo una breve interrupción en la serie de los reformadores y predicadores italianos.

Dejó aquí este link del blog de Cristianosh, sobre la situación del hermano Abdul; una historia más de intolerancia y fe.

http://elblogdecristianosh.blogspot.com/2006/03/mi-hermano-abdul.html#links

miércoles, marzo 22, 2006

Ambrogio Cavalli. (1500-1556)

Es también conocido como Ambrosio da Milano.

Fue un monje agustino nacido en Milán, que descubrió las verdades del Evangelio a través de las doctrinas bíblicas que habían comenzado a propagarse nuevamente, con Lutero.
Junto a él, varios de sus compañeros de orden, como Giulio Della Rovere y Agostino Mainardi; también inspirados por la fe, abrazan la Reforma.

Prontamente comenzó a llamar la atención por sus predicas, que se distanciaban claramente del discurso de la Institución Romana y luego de pasar por Bologna,
continuará con su ministerio en Chipre donde en 1545 es acusado de herejías luteranas, por sus prédicas durante Semana Santa.

Escapa a Ferrara en 1547, donde será protegido por la duquesa Renata d’Este y allí continuará enseñando y predicando durante siete años.
En 1554, el enfrentamiento de Renata con su marido Ercole II por motivo de la fe reformada de ella, estalla y el refugio que muchos cristianos habían encontrado en Ferrara comienza a desaparecer.

Cavalli huye a Suiza, y se establece en la ciudad de Ginebra.
Allí a pedido del reformador Juan Calvino, intentará volver a Italia para contactar con la Duquesa de Ferrara , pero su tentativa fracasa y es capturado por la Inquisición que hacía tiempo estaba tras sus pasos.
Durante su confinamiento, a pesar de su insistencia en la ortodoxia de su fe y que sus creencias en todo se condecían con lo revelado en la Biblia, es condenado a muerte.

Fue ahorcado y luego quemado en Roma en junio de 1556. Su último grito fue que moría por la Gloria a Dios.

Fue este un cristiano más, que iluminado por la luz del Evangelio, no dudó en proclamar las doctrinas de la Gracia de Dios, al costo de la persecución y de su propia vida.


Danny Pisoni.

lunes, marzo 20, 2006

Baldo Lupetino (1492-1556)

Este mártir cristiano, nació en 1492 en Istria, hoy perteneciente a Croacia, pero para el tiempo de su nacimiento era un territorio correspondiente a la Serenísima Venecia.
Un hombre de firmes convicciones, que lo llevarían a sufrir muchos años de prisión en muy duras condiciones, hasta finalmente ser ejecutado por la Inquisición católica romana.

Ingresó a la orden de los franciscanos y prontamente comenzó a interesarse por las doctrinas de la Reforma que llegaban de la cercana Alemania.Su aprobación fue tal que diría que Martín Lutero “había retornado el Evangelio a su lugar de honor”.

De allí en adelante , comienza a viajar por Italia y Croacia y a predicar sin cesar el Evangelio, fundamentalmente las doctrinas de la Sola Escritura y de la salvación sólo por la fe en Cristo (Sola Fide). Expondrá también contra la existencia del Purgatorio, así como advierte contra las ventas de indulgencias, que sólo sirven para extraer dinero para el papado y de la inutilidad de las oraciones por los muertos.

Ejercerá gran influencia sobre su pariente y gran reformador istriano; Mattia Flacio Illirico (a quien enviará a estudiar a Alemania) y tendrá parte de lo que el Cardenal Sadoleto definió como “plaga luterana en Venecia y sus alrededores”.

En 1542 cae en manos de la Inquisición por la denuncia del monje Iacopo Curzula y es encarcelado en Venecia.

Mattia Flacio, que no había olvidado a quien tanto lo había ayudado, viajará a Alemania y formará una cadena de solidaridad, que aportará desde cartas para interceder ante el Duque Pietro Lando, firmada por los líderes de la Liga Smalcada (organización a la que querían acercarse algunos duques venecianos); hasta dinero ofrendado por mercaderes alemanes que se identifican con las doctrinas de la Reforma. así como contrabandos de comida para aliviar la pobre dieta del presidio.
Sin embargo todo este esfuerzo sería inútil, y en 1543 sería condenado a confinamiento por herejía.

La situación empeorará con la asunción al poder del Duque Francesco Dona y la derrota de las fuerzas protestantes en la batalla de Mühlberg en 1547, pues entonces la Inquisición con el Nuncio papal Della Casa desatará una persecución impiadosa.

Baldo Lupetino es procesado nuevamente, esta vez acusado de convertir a dos compañeros de celda y haber enviado clandestinamente para su publicación un manuscrito suyo. La condena dictada será la decapitación.
Curiosamente la pena no es ejecutada inmediatamente y Lupetino continuará en prisión casi olvidado por varios años más.

Habrá nuevos movimientos para interceder por Lupetino, tanto de la Duquesa Renata de Ferrara (hermana del rey de Francia) en 1552; como del Duque de Württemberg en 1555.
Pero sólo logran agravar, el ya de por sí duro régimen carcelario y ser rechazados bajo la alegación que el gobierno no puede intervenir en este asunto , pues estaba en manos del Santo Oficio.

Finalmente, con el la asunción al poder del Paolo IV(Giampietro Carafa) se decide dar cumplimiento a la condena de muerte que pesaba sobre Lupetino.
El 17 de Septiembre de 1556, luego de catorce terribles años de prisión es
ejecutado por ahogamiento en la laguna véneta, a pesar de que el Papa deseaba que fuera quemado vivo.

Baldo Lupetino ocupa su lugar entre los mártires cristianos. Su predica y defensa pública del Evangelio levantaba temor en el poder establecido, al punto que el mismo papado se interesó porque fuera ejecutado sin dilaciones. Pero su martirio no fue en vano, hoy su testimonio nos habla de fidelidad, de paciencia y de serena firmeza en la salvación por fe sólo en Jesucristo.


Danny Pisoni.

jueves, marzo 16, 2006

Reformadores italianos del s.XVI.

Desde hace tiempo quería hacer una reseña sobre un tema que me interesa muy especialmente .Y es sobre los reformadores italianos del s.XVI en Italia.

Históricamente, los reformadores más difundidos son alemanes , suizos y en menor medida algunos británicos; pero es muy poco lo escrito en castellano sobre los reformadores italianos en el siglo de la Reforma.

Estos hombres estuvieron sometidos a duras represalias por parte del Papado y la Inquisición, terminando sus días la mayoría de ellos, asesinados o exiliados por causa de su sola fe en Cristo.

He realizado una pequeña lista de únicamente doce nombres. La elección es totalmente arbitraria y no pretende ser exhaustiva; simplemente representativa de un tiempo y un lugar donde las ideas y doctrinas protestantes se extendieron, aún en medio, de las condiciones más adversas.

Como se observara a continuación, faltan en ella nombres ilustres como el de Giovanni Diodati, Pier Paolo Vergerio o el de Renata di Francia, duchessa di Ferrara ; pero los mismos serán tratados individualmente en un próximo trabajo.
Lo mismo ocurre con Juan de Valdés, que a pesar de no ser italiano, afectó fuertemente desde su círculo en Nápoles a muchos intelectuales italianos.

He aquí los que expondremos en primer lugar:


Baldo Lupetino (Albona1492-Venecia 1556)

Ambrogio Cavalli. (Milán 1500-Roma 1556)

Pier Vermigli (Florencia 1500- Zurich 1562)

Camilo Renato (Sicilia 1500- Valtellina 1575)

Francesco Spiera (Cittadella 1502-1548)

Bartolomeo Fonzio (Venecia 1502-1562)

Celio Secondo Curione (Torino 1503-Basilea1569)

Aonio Paleario (Frosinone 1503-Roma 1570)

Della Rovere, Giulio (Giulio da Milano) (Milano1504-1581)

Pietro Carnesecchi (Firenze 1508-Roma1567)

Girolamo Zanchi (Bergamo 1516- Heidelberg 1590)

Scipione Lentolo (Napoli 1525- a Chiavenna 1599)

domingo, marzo 05, 2006

Un ateo se descubre.

Este es un interesante artículo de José María Martínez. Vale leerlo.

Un ateo se descubre

«Dios vuelve y amenaza nuestras libertades».

Con esta afirmación tremebunda, el escritor Michel Onfray, en «la contra» de La Vanguardia (17-01-2006), resume sus creencias religiosas. En su opinión, la fe es una «neurosis de Dios» a la que el hombre progresista debe combatir con la razón. Parece haber olvidado el testimonio de los muchos sabios que, como Blas Pascal, matemático, físico y filósofo eminente, han compaginado su saber científico con una fe cristiana sólida y profunda. Sin poder demostrarlo -no puede hacerlo-, afirma Onfray que «fe y razón son enemigos por naturaleza». Sus referencias a Freud no tienen en cuenta que las ideas del renombrado psiquiatra austriaco han sido superadas y en gran parte rechazadas. Y las referidas a textos bíblicos aparecen sin el rigor exegético que merecen, basadas en apriorismos injustificados, como el de atribuir a la finalidad de esos textos «servir a intereses políticos coyunturales».

Interpretaciones arbitrarias de la Biblia

Igualmente clara es la falta de objetividad de Onfray cuando sugiere que Dios bendijo la esclavitud, pues lo que realmente hizo Dios fue mitigar con sus leyes los rigores de ese estado. Esa lacra social no fue idea de Dios, sino fruto de la inhumanidad de los hombres. Y para evitar una crueldad desmedida en el maltrato de los esclavos, Dios dictó normas que ponían de relieve la dignidad de todo ser humano, incluido el esclavo, y el respeto debido a sus derechos naturales

Éx. 21:1-11;
Lv. 25:39-43;
Ef. 6:5-9).

Algo más: ¿en qué texto bíblico basa Onfray su afirmación de que «Dios nos obligó a odiar nuestro cuerpo impuro»? El Dios de la Biblia no es un asceta, y si es verdad que condena el cuerpo como instrumento de injusticia, también ve en él la posibilidad -y la necesidad- de que se convierta en instrumento de moralidad y justicia Ro. 6:12-13).

Si prescindimos del rigor hermenéutico, a la Biblia podemos hacerle decir lo que nos plazca. A sus textos nos hemos de acercar no con tergiversaciones exegéticas, sino con el deseo sincero de oír a través de sus páginas la voz de Dios.

«Dios ha muerto»

Sin el menor recato, recurre Onfray a tópicos tan manidos como el de la «muerte de Dios»: «Dios no ha muerto, porque nadie puede matar a Dios, que como el unicornio o las sirenas no morirá porque no existe». Dios sí ha muerto, pero sólo en la mente de quienes le rechazan y se rebelan contra su autoridad asumiendo el grito de un ateísmo milenario: «Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros su yugo»Sal. 2:3. Pero son millones las personas para las que Dios es una realidad que da sentido pleno a su vida.

Ateísmo batallador

Pese a todo, el ateo militante lucha por extirpar la idea de Dios de toda mente humana para implantar ¿qué? Veamos un ejemplo: el resultado del ateismo comunista en la Unión Soviética del siglo pasado fue una represión aterradora de toda forma de disidencia. Lo más destacado de sus triunfos fue el gulag, de tristísimo recuerdo.
Algo parecido se ha visto en otros países dominados por la ideología marxista, donde los cristianos aún son perseguidos. Es verdad que muchos de los ateos de nuestros días están en desacuerdo con los métodos soviéticos de combatir la idea de Dios; pero el laicismo que propugnan está impregnado de intolerancia, y en la práctica recurren a armas condenables para triunfar sobre los creyentes.
Harto frecuente es el uso de términos tan despectivos como hirientes: un cristiano comprometido, consecuente con su profesión de fe, es un fanático, un fundamentalista, un intolerable freno al progreso. Por tales «razones», hay que aislarlo y anular su influencia en la sociedad, ya que no es posible exterminarlo. Se ha puesto de moda la idea de que la fe debe relegarse al ámbito de lo privado, vedándole el acceso a toda forma de influir en la sociedad y orientar la cultura.

¿Y si los ateos están equivocados?

No entra en el propósito de este artículo una exposición apologética de argumentos favorables a la creencia en el Dios cristiano. Me limitaré a algunas consideraciones que no pueden ser desechadas a la ligera.
Nadie puede probar que Dios no existe, pues nadie ha podido escrutar todo el universo ni disponer de instrumentos adecuados para detectar la presencia del Ser supremo. Era pueril el «no» del astronauta ruso, Gagarin, cuando a su regreso de su vuelo orbital alrededor de la tierra alguien le preguntó si en algún momento había visto a Dios. «Dios es Espíritu»Jn. 4:24 y sólo llegamos a conocerle a través de la revelación que en Cristo nos ha dejado él mismo Jn. 11:25-27).

El cuadro tenebroso de un mundo sin Dios. Mentes privilegiadamente esclarecidas han contemplado ese cuadro. Y se han estremecido. Tal fue el caso de Pascal, quien en sus famosos «Pensamientos» presenta al hombre como un enigma desconcertante. En su opinión, el hombre es una contradicción en sí mismo. Es como nada en medio de un universo infinito que no llega a conocer plenamente. «¡Cuántos reinos nos desconocen! El silencio eterno de esos espacios infinitos me espanta».
Sin Dios, el hombre queda reducido a la «miseria» en todos los órdenes: físico, mental y moral. Es dominado por el amor propio, el orgullo, la ambición. «El yo se hace el centro de todo». «La naturaleza del hombre es toda naturaleza, omne animal (toda animal)». Y añade Pascal a modo de conclusión: «Al ver la ceguera y la miseria del hombre, al contemplar el universo mudo y al hombre sin luz, abandonado a sí mismo y como extraviado en este rincón del universo, sin saber quién lo ha puesto ahí, qué ha venido a hacer, qué será de él cuando muera, incapaz de todo conocimiento, me sobrecoge un pavor comparable al de un hombre que hubiese sido llevado dormido a una isla desierta, donde se despierta sin saber dónde está y sin ver manera de salir».

Ignorancia. Confusión. Temor. Tal es, por lo general, la situación de quien excluye a Dios de su vida. Más próximo a nosotros, Dostoievsky, sin entrar en detalles apologéticos, simplemente por razones morales, ve como imperativo el reconocimiento de la existencia de Dios, pues «si Dios no existe, todo nos está permitido». Tenía razón el poeta austriaco Nikolaus Lenau cuando decía: «Suprimid a Dios y se habrá hecho la noche en el alma humana».

¿Quién es el que realmente ha muerto?

Tras el fogonazo ateo de Nietzsche que amenazaba al hombre con ser eliminado y sustituido por el «super-hombre», filósofos existencialistas como Sartre y Camus han descrito de modo estremecedor el horizonte de la vida del hombre sin Dios: el absurdo, la nada. Y Karl Jaspers se vio impresionado por el tema del «naufragio» humano.
No menos impresionados nos sentimos nosotros cuando vemos que el progreso científico y tecnológico, fuente de bienestar material, no va acompañado de progreso moral, sino más bien todo lo contrario. Como un lúcido pensador cristiano ha señalado, «el hombre moderno pensaba que librándose de Dios se había liberado de todo lo que le reprimía y embarazaba. Pero ha descubierto que al matar a Dios se ha matado a sí mismo.» (W.L. Craig)

La historia ha demostrado que, una vez eliminada la idea de Dios, el hombre carece de freno para controlar instintos brutales. El pastor evangélico rumano Richard Wurmbrand, cruelmente torturado en cárceles comunistas, dejó el siguiente testimonio: «La crueldad del ateísmo es difícil de creer cuando no se cree en el premio del bien y el castigo del mal. No hay limitación para el mal existente en las profundidades del alma humana... Los torturadores comunistas a menudo decían: "No hay Dios; no hay un más allá, ni un castigo del mal. Podemos hacer lo que nos plazca". He oído decir a uno de ellos: "Doy gracias a Dios, en el que no creo, porque he vivido hasta este momento en que puedo expresar todo el mal que hay en mi corazón"».

La gran liberación

No es la propugnada por Onfray: liberación de Dios por obra y gracia de la razón. Es la expuesta y ofrecida por Jesucristo: «Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres»Jn. 8:31-32. ¿Libres de qué?
Del «pecado», que equivale a decir ambición, orgullo, endiosamiento, odio, lujuria, insolidaridad, intolerancia. Jesús completó esa declaración al decir: «Todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado... Si el Hijo (de Dios) os liberta seréis verdaderamente libres»Jn. 8:34-36).
Innumerables creyentes dan testimonio de los efectos de esa liberación. Han pasado de las tinieblas a la luz, de la muerte espiritual a la vida, de la vanidad, del vacío y el absurdo de una vida sin sentido a la plenitud de la vida en Cristo. En él culmina la revelación de Dios, el Dios que existe, ama al mundo (los ateos incluidos) y salva.

Dios no está volviendo, como afirma Onfray. Ni volverá. No se ha ido nunca.

José M. Martínez
http://www.pensamientocristiano.com/Mes/200603.shtml