jueves, abril 26, 2007

El aborto y los derechos humanos.


De acuerdo a las últimas noticias acaba de aprobarse la ley de despenalización del aborto en la Ciudad de México DF (una de las más pobladas del planeta).

La aprobación de esta ley ha venido precedida de un arduo debate entre las fuerzas vivas del país, que opinaron a favor y en contra de dicha ley.
Finalmente se aprobó y aunque aún se anuncian trámites de apelación ante la Suprema Corte; creo que es conveniente una reflexión sobre el hecho en sí.

Es claro, que muchas personas; políticos, obreros, profesionales, estudiantes, amas de casa,etc. no consideran la vida como un bien intangible y sagrado y por ello están de acuerdo con la “pena de muerte” y que esta debe ser aplicada a delincuentes culpables de cometer determinados delitos.
Más allá de convicciones religiosas, es posible aceptar que vean en este tipo de medida punitiva final, una salvaguarda o forma de defensa de la sociedad ante quienes son un peligro demostrado.

Pero lo que es incomprensible, es que una sociedad que se llama civilizada; proyecte y avale una ley que ejecutará a otro ser humano en el vientre materno.
No estamos hablando del contexto de una guerra, de un asesino en serie, o un terrorista suicida; sino de un ser a punto de nacer que es un integrante más de la humanidad, con los mismos derechos que cualquier otro congénere adulto y responsable de sus actos.

La argumentación falaz, sobre que esta ley impedirá que muchas mujeres mueran por abortos clandestinos realizados en pésimas condiciones de salud, no es suficiente. Sin ignorar que este problema existe y que es lamentable; debemos afirmar que no puede ser salvada ninguna vida a costa de que la pierdan “por ley” otros inocentes; porque de esta forma estamos salvando a una víctima (de la barbarie del hombre) para condenar a muerte a un inocente (con la misma barbarie).

En esta reflexión he obviado, mis firmes convicciones cristianas; para referirme al hecho desde un punto de vista meramente humano y secular.
No invoco el derecho Divino, ni la perspectiva cristiana sobre esta ley que es claramente contraria a la voluntad de Dios; sino que me dirijo a aquellos, que ajenos a toda idea o sentir espiritual, sí se consideran parte de esta humanidad, y reclaman para ella la dignidad y el derecho a la vida a la que es acreedor todo ser humano.

Acostumbramos a hablar, declamar y reclamar por los derechos humanos, ante el avasallamiento de pueblos, países, culturas, flagrantes delitos contra hombres y mujeres,etc. ; pues es hora que recordemos que esos derechos comienzan, justamente en el vientre de una madre que alberga una vida, tan humana a las doce semanas como a la edad adulta.

Daniel Pisoni

3 comentarios:

Mariluz Barrera González dijo...

Daniel, comparto tu opinión y me uno de tu postura, me preocupa mucho lo que sucederá ahora en mi país a partir de esta ley. Ya demasiados problemas tenemos con esta falta de respeto a la vida con todas las situaciones de violencia que vivimos a diario, para ahora hacerlo legal y no darse cuenta de las repercuciones que tendra.

TE MANDO UN ABRAZO DESDE CAMPECHE, MEX. Y ME HA GUSTADO MUCHO TU PAGINA.

CEIHE dijo...

Gracias Mariluz; mi corazón está con todos los mexicanos que se oponen a esta ley tan terrible.

Un abrazo.

Manlio Hector dijo...

Daniel,el egoísmo y el populismo politico de aquellos homicidas desde el principio,parecen ganarnos terreno.Al igual que Mariluz ,me preocupan las consecuencias espirituales tremendas que ocurrirán.
un abrazo fraternal.