jueves, abril 20, 2006

Francesco Spiera (1502-1548)

La vida y muerte de Francesco Spiera es uno de los casos más singulares de la historia de los reformadores y predicadores italianos del Quinientos. En especial los acontecimientos que rodearon su muerte.

Nacido en Padua, a comienzos del s.XVI , además de estudiar Leyes, se interesó por la teología y pronto se convirtió a la fe cristiana reformada.

En 1547 fue denunciado a la Inquisición en Venecia por haber adherido a las doctrinas luteranas; constando que refutaba la autoridad del Papa, la intercesión de los santos, el valor de las obras en la salvación, etc. Pero especialmente se lo acusa de haber traducido el Padre Nuestro al italiano.
También la acusación se amplía sobre que ha leído libros prohibidos, como el “Beneficio de Cristo” (que la Inquisición persiguió con especial saña).Y de proclamar el pensamiento de Lutero.

Una vez arrestado será confinado junto a Baldo Lupetino, con quién durante un tiempo compartirá el alto honor de estar encarcelados por predicar a Cristo.

En sus primeras comparecencias ante el tribunal inquisitorial, admite que posee una Biblia, que ha leído “El Beneficio de Cristo.” y que duda de la existencia del Purgatorio.
También reconoce que ha traducido el Padre Nuestro.
Durante un tiempo se conduce dentro de una línea argumental defensiva, pero poco después cae en una intensa depresión y se quiebra. Se arrepiente de haber dudado de las enseñanzas de Roma y ruega clemencia, aceptando abjurar públicamente de sus creencias hasta ese momento.

Es muy difícil comprender con exactitud que es lo que ocurrió con Francesco Spiera en aquellas jornadas.
Las actas procesales no son claras al respecto, y no es posible formarse una idea cabal de los acontecimientos.
Un contemporáneo como Vergerio afirma que pesó el futuro de su familia, su esposa e hijo, que sufrirían las consecuencias del castigo que recibiría.
Las condiciones de las prisiones de la época, llenas de humedades, piojos y chinches; así como las magras raciones de alimentos, las enfermedades, etc.contribuían a menguar el ánimo del juzgado y minarlo moralmente.

Su abjuración fue pública y por dos veces en Venecia y Cittadella.Y lo obligan a cantar la misa y en honor de los difuntos ,también.

De allí en más su vida se convirtió en un calvario.

En sus propias palabras confiesa que sintió un horror y una desesperación total, luego de haber abjurado públicamente.

Convencido que había traicionado a Cristo comienza una lenta agonía que lo llevará a la muerte.
Desconsolado , su condición de salud empeora muy rápidamente, seguro de haber perdido la salvación, de haber cometido el pecado contra el Espíritu Santo y de estar condenado al fuego eterno.

A pesar de contar con el conforto y la ayuda de Pier Vergerio, que intenta hacerlo considerar, el amor y la misericordia de Dios con todos los pecadores, fallece en menos de un año, en 1548.



Una reflexión final.

El caso Spiera se ha hecho famoso y en muchas oportunidades se lo menciona como ejemplo del pecado imperdonable.
Desde el mismo momento que ocurrió trajo distintas polémicas entre los reformadores y aún en nuestros días algunos historiadores continúan esa línea.

Nosotros no estamos facultados para juzgar tan delicado caso, donde se involucra tanto condiciones profundamente humanas, como aspectos esenciales de la fe.
La tristeza, el arrepentimiento y la profunda pena que finalmente son los que le llevan a la muerte no pueden ser tan fácilmente ignorados.
Francesco Spiera había entregado su vida a un Salvador que es Vida y Esperanza y que ha prometido: “El que a mi viene yo no le hecho fuera.”Juan 6:37

1 comentario:

Anónimo dijo...

blog muy interesante.
saludos