El amanecer de Wittemberg.
Desde la puerta de Wittemberg , resuenan golpes de un martillo, son golpes que vienen desde lejos, golpes cuya fuerza nace el día de Pentecostés.
Las 95 tesis clavadas el 31 de Octubre de 1517 en esa puerta fueron un acontecimiento que no solo afectó su época (y vaya si lo hizo), sino que su magnitud superó su espacio y su tiempo; por ello es siempre oportuno reflexionar sobre sus implicancias que siguen siendo tan vigentes hoy, como ayer , como siempre.
Consideraciones sobre la Reforma:
Decía Cicerón "Historia est magistra vitae" la historia es maestra de la vida.
Por eso es necesario diferenciar las diferentes conceptualizaciones de la Reforma, pues ellas condicionan su comprensión y afectan nuestra visión de la misma, de su origen y su entorno.
Porque, finalmente pesarán en nuestra aproximación a un hecho experimentado en la historia de la humanidad, que tuvo tremenda repercusión en el devenir social, político y religioso, cualquiera sea nuestra postura teológica y aún para aquellos que no la tienen.
En primer lugar encontramos un concepto histórico-cultural, que fue acuñado hace mas de 100 años, y donde Lutero es ponderado como el artífice esencial, que estructura bases que dan lugar al idioma alemán. Idea un tanto exagerada, pero que evidencia la importancia de su traducción de la Escritura al idioma del pueblo germano.
Asimismo se le proyecta como adalid de la liberación de la razón y ensalzado como un humanista por sus interpretaciones del hombre en tanto que ser “imago Dei”.
A través de estas premisas puede establecerse una relación con Erasmo y con el humanismo, en una elucidación que no deja de ser forzada.
Porque Lutero se aleja de todo planteo resplandeciente sobre el ser humano, por el contrario visualiza en él la imposibilidad de alcanzar aquello para lo que fue creado, sino hay una intervención divina que lo afecte enteramente.
Y no es extraño, porque la Reforma nutre sus raíces en concepciones escriturales (bíblicamente hablando), donde la visión del hombre responde a su propia realidad.
Hay una ineludible contradicción entre ambas visiones.
Y a lo largo de la historia de estos 490 años que van desde Wittemberg hasta nuestros días, el hombre continúa certificando esta visión bíblica que nada tiene que ver con el optimismo reinante con el humanismo.
El hombre no es algo insustancial e inocente , por ello no puede confundirse la Reforma con el humanismo, parten de supuestos diferentes y llegan a conclusiones diferentes.
Ergo este concepto histórico-cultural de la Reforma falla en un aspecto fundamental y diverge hacia una interpretación violentada.
Vayamos ahora a la interpretación nacionalista de la Reforma, encarnada en el ideólogo nazi Paul de Lagarde y en la que se apoyó el nacional-socialismo, en su búsqueda desesperada de conectar con las raíces del ser nacional alemán.
En ella se ve a Lutero como el paradigma del héroe alemán que se levanta contra la opresión y la humillación a la que estaba sometida la nación germana ,por el poder representado en la curia romana.
Más allá de manipulaciones de orden político étnico, esta interpretación adolece de fallas asombrosas, lo que la convierte en una falsedad absoluta.
No se puede discutir que Lutero amaba y tenía fuertes vínculos con su pueblo, pero tenía en su vida un fundamento más importante que lo impulsaba.
Su afirmación es clara :
"Cuando Alemania entierre al último de sus pastores, se enterrará a si misma."
Una vez más Lutero expresa lo que es infalible y se eterniza, lo que subsiste y es realmente importante en última instancia, no es lo nacional, ni lo racial .Y él está enfocado en esto que se perpetúa para siempre, la Palabra de Dios.
Otra interpretación posible es la religiosa, en sus tres vertientes, protestante, romanista e independiente.
La primer formulación , antepone bajo un barniz teológico, la realidad de un enfrentamiento institucional que no se agota en lo terrenal, sino que se resuelve en la esfera dogmática.
La enunciación teologal de Lutero no es discutible por su sólido fundamento bíblico, pero amarrar esta formulación a los aspectos meramente dialécticos, anula aspectos esenciales de la Reforma y dificultan la comprensión, por ejemplo, de su pervivencia casi cinco siglos después.
Curiosamente, la base de esta dificultad se cimenta en el desconocimiento histórico , en particular del contexto de la Reforma y de la historia de la Iglesia.
Desde la ortodoxia romana interpretan la Reforma como la catástrofe mayor que afectó al hombre del siglo XVI (y susbsiguientes), y que lo arrastró fuera de la Iglesia(Católica Romana).
Aseguran que la Reforma impele al cristianismo a un “casus belli” divisional y hasta fundamentan el secularismo posterior del hombre, en pensamientos que nacen en Wittenberg.
Esto se llama subterfugio de la historia.
El secularismo no abreva en la Reforma , sino el avance de la razón desde la ciencia natural y el conocimiento humano. Es el intelecto humano, desde una visión secular, aquello que lo diferencia del animal irracional. Por lo tanto naturalmente contrapuesto a la visión del hombre desde las Escrituras.
Finalmente la posición, que podríamos definir como independiente, explica la Reforma en su verdadero escenario : la Historia de la Iglesia.
En ella se vislumbra a un Lutero en la dimensión de reformador, su búsqueda es la de una restauración; en un sentido más insistentemente ortodoxo, una renovación.
Sus tesis apuntan al cambio de lo existente, no a la creación de algo nuevo. De acuerdo al pensamiento de Lutero, la institución romana se deformaba y llevaba un curso de abandono de las verdades bíblicas, era necesaria una vuelta a los orígenes.
No se proyecta como un rebelde, ni como un revolucionario, sino más bien, como alguien que llama a lo que existe a reformarse (a su esencia natural).En cualquier caso, nunca considera la posibilidad de un nueva institución, de una nueva iglesia.
Por ello puede afirmarse, que la fuerza del martillo de Wittemberg se encuentra en Pentecostés, la iglesia protestante no nace el 31 de Octubre de 1517, no emerge una nueva iglesia; la Reforma es un eslabón fundamental en la historia de la Iglesia que nace el primer día de Pentecostés y hasta allí podemos rastrear los orígenes de la Reforma protestante.
El amanecer de Wittemberg, es el amanecer de la Iglesia en Pentecostés.
CEIHE
Nota del autor: Gran parte de este trabajo, que aquí se resume a modo de esbozo, se basa en las obras (mayormente traducidas) de autores como J.Atkinson, G.Bergmann, D.Olivier, A.Greiner,J.Grau, H,Liljie y en la nueva perspectiva en la que está trabajando Daniel Pisoni y su equipo de investigación sobre los aspectos insertivos de la Reforma en el pensamiento Occidental.